agosto 2025

El hongo del Whisky

¿Alguna vez has paseado por las cercanías de una destilería y te has dado cuenta de que los árboles, edificios y señales tienen una capa de hollín negro y misterioso? Si tu respuesta es sí, ¡felicidades, has tenido un encuentro con la Baudoinia compniacensis! Este fascinante hongo, a menudo llamado el «hongo del whisky» o «hongo de la destilería», es mucho más que una simple mancha. Es un indicador natural de la presencia de alcohol en el aire y cuenta una historia silenciosa sobre el proceso de envejecimiento de nuestras bebidas favoritas.

¿Qué es la Baudoinia Compniacensis?

La Baudoinia compniacensis es un hongo negro, fuliginoso y de crecimiento lento que prospera en ambientes con vapores de alcohol. Su nombre rinde homenaje a Antonin Baudoin, un farmacéutico francés que lo describió por primera vez en la región de Cognac (de ahí «compniacensis») a finales del siglo XIX, observando su peculiar afinidad por las áreas cercanas a las bodegas de brandy.

Lo más interesante de este hongo es su dieta. A diferencia de la mayoría de los hongos que se alimentan de materia orgánica en descomposición, la Baudoinia tiene una habilidad única para metabolizar el etanol (alcohol) que se evapora de las barricas de madera durante el proceso de maduración. Esta evaporación es lo que conocemos como la «porción de los ángeles», esa pequeña cantidad de alcohol que se pierde en el aire cada año, y de la que el hongo se alimenta gustosamente.

¿Por qué lo vemos cerca de las destilerías?

Cuando el whisky, el coñac, el ron o cualquier otra bebida espirituosa envejece en barricas de roble, una parte del alcohol se filtra a través de los poros de la madera y se libera al ambiente. Este vapor alcohólico crea un microclima perfecto para la Baudoinia compniacensis. El hongo se adhiere a las superficies circundantes —árboles, muros, ventanas, señales de tráfico— y forma una densa capa negra y aterciopelada.

Es tan distintivo que, en algunas regiones, la presencia de este hongo ha sido utilizada en litigios legales como evidencia de contaminación ambiental por parte de las destilerías. Sin embargo, en la mayoría de los casos, se le ve como un signo casi pintoresco de la actividad destilera.

¿Es perjudicial?

Afortunadamente, la Baudoinia compniacensis no es conocida por ser dañina para la salud humana o para las plantas. Si bien su apariencia puede ser un poco sombría, no es tóxica ni causa enfermedades. Para los árboles, simplemente cubre la corteza sin afectar su vitalidad. Su mayor «daño» es estético, ya que puede oscurecer las superficies de forma persistente.

Un Testigo Silencioso del Tiempo

La próxima vez que visites un pueblo con destilerías, como los que se encuentran en Escocia, Kentucky o incluso en algunas zonas con bodegas de brandy aquí en España, fíjate en los detalles. Los árboles y edificios te estarán contando una historia. Esa capa negra no es solo suciedad, es un ecosistema vivo, un testigo silencioso del proceso de maduración de bebidas que han viajado a través del tiempo.

La Baudoinia compniacensis es un pequeño recordatorio de cómo la naturaleza y la industria se entrelazan de formas inesperadas y maravillosas. Es un fenómeno peculiar que añade un toque de misterio y encanto al ya de por sí fascinante mundo de los licores añejos.

The Lost Distillery Company

Hace poco encontré en una tienda de licores este Discovery Selection de The Lost Distillery Company. Se trata de un pack de 6 miniaturas de whiskys elaborados por ellos. Como puedes imaginar, porque hubieras hecho lo mismo, un par de lotes se vinieron a casa. No conocía la empresa así que nada más llegar me puse a buscar información sobre The Lost Distillery (en realidad es lo segundo que hice, lo primero fue servirme un whisky).
The Lost Distillery Company no es una destilería al uso, sino un proyecto ambicioso y meticuloso dedicado a recrear los perfiles de sabor de destilerías que cerraron hace más de un siglo, convirtiéndose en parte de la historia.

El proceso de recreación es un fascinante ejercicio de «arqueología del whisky». La empresa no dispone de barriles de whisky centenario, sino que se basa en una exhaustiva investigación de archivo. Sus «archivistas» se sumergen en la historia de cada destilería perdida, analizando todos los factores que habrían influido en el carácter de su single malt:

  • La ubicación: El terruño y el clima local.
  • El agua: La fuente de agua que se utilizaba para la destilación.
  • La levadura: El tipo de levadura que influía en la fermentación.
  • Los materiales: El tipo de madera de las tinas de maceración.
  • Los alambiques: La forma y el tamaño del alambique, que definía la personalidad del destilado.
  • Las barricas: El tipo de barricas y la forma en que se utilizaban.

A través de esta investigación, se crea un perfil de sabor hipotético para cada destilería. La magia sucede cuando este conocimiento histórico se combina con el arte del blending. Utilizando una selección de single malts añejos cuidadosamente elegidos, se busca replicar el carácter original del whisky, creando una «reencarnación» moderna y fiel a sus raíces.

La selección incluye los siguientes whiskys:

  • Lossit: Una destilería de Islay que fue la más grande de la isla en sus inicios y que marcó el camino para la reputación de la región. Funcionó entre 1817 a 1867.
    Un whisky ahumado, almendra, pera, pimienta.
  • Auchnagie: Highlands. Su whisky formó parte del blend de Deward’s, su último propietario, que cerró Auchnagie tras la construcción de Aberfeldy . 1812 – 1911
    Floral. orejones, pimienta.
  • Dalaruan: Una de las 34 destilerías de la época dorada de Campbeltown. Lleva el nombre de la antigua dinastía celta de Dalriada. 1825 – 1925,
    Ahumado, salino, fruta, especias.
  • Jericho: Highlands. Una destilería pionera en el uso de barricas de Jerez y venerada por los lugareños, pero que finalmente cerró debido a su ubicación remota.
    1822-1913. Pastel de fruta, mandarina, hierba, vainilla.
  • Towiemore: Speyside. Una destilería con una corta historia marcada por un incendio, la I Guerra Mundial y problemas con el suministro de agua. 1898 – 1931.
    Melocotón, vainilla, almendra, crema.
  • Stratheden: Lowland. Una de las destilerías pioneras en la comercialización de Songle Malt. 1829 – 1926.
    Malteado, ligeramente ahumado, piel de naranja, chocolate.

En resumen, una compra muy recomendable. Los whiskys son bastante buenos y seguro que tienes algún amigo con el que juntarte y pasar una tarde muy agradable recorriendo parte de la historia del whisky escocés y sus diferentes estilos. Por mi parte espero hacerlo pronto y contaros algo más de cada whisky.

¡ Sláinte Mhath !

Scroll al inicio